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Publicación: 08 Marzo 2022
MANIFIESTO 8 DE MARZO
MANIFIESTO CON MOTIVO DEL 8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Como cada año, el Ilustre Colegio de Abogados de Badajoz, se une a la celebración del día Internacional de la mujer, que se conmemora el día 8 del mes de marzo desde hace ya varias décadas y que reivindica el papel de la mujer en la sociedad. No sólo se reivindica la igualdad de derechos, sino también la igualdad salarial en el mercado laboral, el final de la discriminación por razón de sexo y la condena de otros actos machistas y la violencia de género.
Como todos los años, este día es un buen momento para reflexionar si hemos avanzado, para pedir más cambios y para celebrar la labor de tantas y tantas mujeres que día tras día persiguen un mundo más igualitario y justo.
Nuestra labor como abogados es fundamental: defendemos a las mujeres, velamos por sus derechos, las asistimos con eficacia y profesionalidad en los Juzgados, especialmente en los asuntos de violencia de género. Somos valiosos instrumentos en pos de la ansiada igualdad. Utilicemos las herramientas que nuestra formación y profesión nos proporcionan, en pos de esa igualdad.
Avanzamos en legislación en materia de igualdad, pero existe una brecha entre legalidad y realidad muy evidente. A través del derecho logramos grandes cambios, pero siguen existiendo manifestaciones patentes y graves de desigualdad, como la brecha salarial, el techo de cristal, la dificultad para conciliar y la violencia de género.
Una sociedad no es justa si existen desigualdades y el 50% de la población sigue sufriendo esa lacra: mujeres y hombres no cobran lo mismo por un mismo trabajo y la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas y en los cuidados, junto con la falta de medios para conciliar, hace muy difícil el ascenso de la mujer a puestos de más responsabilidad. Conciliación y corresponsabilidad son las palabras claves que permiten a las mujeres progresar, obtener independencia económica y acceder a puestos de máxima responsabilidad, que les permitan ser las gestoras de un mundo más igualitario y más justo.
Nuestro colectivo no es ajeno a la desigualdad, solo el 20% de los socios de los despachos colectivos son mujeres y solo el 20% de los colegios son dirigidos por letradas. Los abogados gozan de una mejor situación que las abogadas para conciliar trabajo y familia y las abogadas, a pesar de que forman parte de casi la mitad de la profesión, se concentran en los puestos con menos sueldo, prestigio y proyección.
La presencia de mujeres en las universidades no es algo extraordinario, en los últimos cursos son ellas mayoritariamente las que se sientan en las aulas, siendo mayoría en el grado de derecho, y si bien las dificultades de acceso al primer empleo son comunes entre hombres y mujeres, la abogacía femenina encuentra importantes barreras en la promoción interna, que ponen de manifiesto la evidente discriminación de género en nuestra profesión. Hay que seguir luchando, porque los despachos de abogados contribuyan al fomento de la equidad real en el sector jurídico, con la aplicación y desarrollo de las mejores prácticas. Los horarios de oficina que tienen los despachos hacen muy difícil conciliar trabajo y familia. Necesitamos planes de conciliación para que ninguna mujer renuncie a una trayectoria brillante, por no encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional. El mayor obstáculo al que se enfrenta la profesional se centra en la decisión de ser madre que supone en muchas ocasiones un punto de inflexión en su carrera, en la que la proyección profesional se puede ver obstaculizada, por la interrupción que provoca el nacimiento de un hijo, y por las necesidades de conciliación que se presentan tras el nacimiento.
Luchemos pues, todos, por evitar tanta desigualdad, repartamos las cargas, ayudemos a conciliar, desterremos las conductas machistas, eduquemos en valores, trabajemos con perspectiva de género, felicitemos y aupemos aún más a las que han conseguido romper el techo de cristal, ellas serán nuestro puente a una sociedad más justa.
SIN IGUALDAD NO HAY JUSTICIA